martes, 21 de junio de 2011

El esqueleto de un espíritu





La Digue es una de las islas de Seychelles que en mi opinión tiene más encanto, al menos un encanto especial..., el tiempo se detiene, te traslada al pasado, te funde con un ambiente único, no solo por el magnífico escenario natural, sino por la calidad de su gente..












Paseando por L'Union Estate me topé, de repente, con las ruinas de lo que un día fue el coloso del Océano Indico: SEY PIRATE , y que durante sus últimos años sirvió para que los turistas recorrieran las islas...



Sumergida en los restos de su casco me acordé de una de las leyendas más famosas sobre los tesoros y los piratas de Seychelles:


Las Seychelles no fueron habitadas hasta la mitad del siglo XVIII pero con anterioridad ya tenían a ilustres visitantes: piratas.



Navegaban cerca de la península Arábiga y asaltaban a los barcos que, cargados de oro y joyas, navegaban en ruta desde La India hacia África o Europa. En las Seychelles, los piratas podían descansar durante largos periodos, reconstruir sus barcos gracias a la buena madera que daban sus islas, disfrutar de buen clima y estar a salvo de enemigos.
Se cree que muchos piratas enterraron allí sus tesoros. El más importante de todos ellos es el que se cree que escondió el famoso pirata francés Olivier le Vasseur, conocido como LA BUSE, después de asaltar al navío portugués Vierge du Cap y hacerse con un botín de oro, diamantes y piedras preciosas que se ha valorado en 100 millones de libras (148 millones de euros).
Cuando el pirata francés, que fue amo del Índico durante cinco años, fue apresado y colgado en la isla de Reunión en 1730, lanzó a la multitud un papel que contenía un criptograma y exclamó:
«¡Que encuentre mi tesoro quien pueda!»




Casi dos siglos después, en una playa de Mahe, en Seychelles, una señora fortuitamente encontró dos tumbas con sendos restos que tenían un anillo en la oreja izquierda ¡piratas!

Junto a ellas, ciertas marcas en las rocas enlazaban con el criptograma del pirata LA BUSE.


Años después, llegó a la isla Reginald Cruise-Wilkins, un militar inglés, que había enfermado de Malaria.Al saber de este hecho, dedicó los siguientes 30 años de su vida, hasta su muerte en 1977, a buscar el tesoro. Para ello, tuvo que tratar de descifrar el complejísimo criptograma basado en las estrellas y en la mitología griega.
Excavó y desenterró toda una zona, sin éxito.
Al morir, su hijo John le tomó el relevo. «Ahora todos los enigmas del criptograma están resueltos. Tras muchos años de esfuerzo, hemos conseguido meternos en la mente de La Buse. Ahora sólo falta desenterrar el tesoro», localizado en la playa de Bel Ombre, en Mahe.
«El tesoro no hay que buscarlo más. Está justo donde pisamos ahora mismo»


Sin embargo, nadie lo ha encontrado....todavía...así que la leyenda sigue viva…

único en el mundo...

único en el mundo...
...tienes que sentirlo